Los truenos y los golpes de las ramas de los árboles que caían nos despertaron a mi familia y a mí, directamente hacía las enormes tormentas eléctricas que azotaban Marin, California. Los rayos en el norte de California son un evento extraño, incluso durante la temporada de lluvias. Escuchar relámpagos en un mes de agosto sin lluvias, además del sonido de un pequeño golpe en un parque cercano fue aterrador. Las tormentas iniciaron los incendios en todo el estado. [1] Por la mañana llegó el humo. Era un aire opaco y sofocante, acompañado de un calor intenso y con cortes de energía [2] que creaba un paisaje infernal y aterrador.

La terrible calidad del aire le causó a mi familia y a mí dolores de cabeza y problemas respiratorios durante semanas. El humo era tan espeso durante algunos días que no se podía ver más allá de los árboles que se encontraban al lado de nuestra casa. Las condiciones cambian rápidamente de cielo azul claro a cielo ahumado. Para mí esto es difícil e inquietante. El olor a fogata, generalmente reconfortante, ahora me hace sentir al límite, ya que encarna la muerte y la destrucción de bosques y hogares. Aunque el aire ha mejorado y la tasa de propagación se ha desacelerado en el área de la bahía de San Francisco, muchos incendios aún no se han logrado contener. Incluso durante los pocos días en que el cielo está despejado y el sol es carmesí, la salida de la luna y la lluvia de cenizas me recuerdan lo que se pierde entre los incendios y me muestran el potencial panorama de nuestro futuro.

En los últimos años, el clima y los patrones climáticos se han vuelto ajenos al norte de California que conocí, mientras crecía. Tuvimos advertencias de evacuación de incendios forestales cuando era niña, pero la amenaza es en la actualidad tan grave, que necesitamos empacar bolsas con cualquier recuerdo y artículos esenciales que pudieran caber en nuestro coche, para estar listos para huir si las condiciones empeoran. Ese fue un nivel de pánico y dolor que no había experimentado antes. Sin embargo, la capacidad de evacuar y de traer algunas cosas conmigo es un privilegio en comparación con la devastación total que enfrentan las comunidades cercanas.

No veo a mucha gente en mi área usando las mascarillas N95 u otras mascarillas adecuadas para partículas de humo. [3] (Me pregunto si cuentan con ellas). A medida que avanza la temporada de incendios y la pandemia empeora, me temo que el humo persistente podría hacernos más vulnerables al Covid-19 y a otras enfermedades respiratorias. Esto es especialmente preocupante para las personas que no cuentan con una vivienda segura y que tienen pocas oportunidades de refugiarse al interior de algún lugar. Esta podría ser una combinación mortal durante el resto de la temporada de fuego. Agosto ha visto el mayor número de muertes por Covid-19 en California hasta el momento. [4]

Muchos departamentos de bomberos del condado no cuentan con suficiente personal ni recursos. Me enfurece que el Departamento de Bomberos de California sea cómplice de la creación de sistemas inadecuados y poco éticos para el manejo de incendios, los cuales dejan vulnerables no solo a los ecosistemas, sino también a muchas vidas. El estado recluta a personas mal pagadas y privadas de su libertad para desempeñarse, en su mayoría, como bomberos estatales. Sin embargo, con la actual situación desenfrenada debido al Covid-19 en las prisiones, exacerbada por el abandono y el tratamiento inadecuado, existe ahora una escasez de bomberos.

California tiene muchas plantas pirófitas [5] y ecosistemas como la secuoya gigante, los árboles secoyas y el Chaparral. [6] Sin embargo, estos ecosistemas no están adaptados para que los mega incendios sean cada vez más comunes, debido a décadas de extinción de incendios, degradación de la tierra y cambios climáticos. Este año, he notado que más gente está discutiendo y está más abierta a las alternativas de manejo de incendios. Estrategias como los métodos de quema prescritos por los indígenas [7] y la administración comunal de la tierra centrada en el fomento de la biodiversidad ayudarán a California a hacer frente al inminente cambio climático. Tengo la esperanza de que de las cenizas de esta temporada de incendios surgirán acciones para una mejor gestión del paisaje.

[1] Los incendios iniciados por la tormenta eléctrica se localizaron en todo el Área de la Bahía de San Francisco (un poco más al sur). Este año se han producido en total 7,606 incidentes de incendios forestales y se estima que 2,277,922 hectáreas se han quemado, según Cal Fire.

[2] Los fuertes vientos debido a la tormenta causaron pequeños cortes de energía. Asimismo, desde el año pasado, la compañía estatal de energía (Pacific Gas and Electric) ha estado efectuando interrupciones eléctricas planificadas durante condiciones de alto riesgo de incendio, para así evitar incendios eléctricos, los cuales han estado sucediendo en los últimos años.

[3] Las máscaras N95 están diseñadas para capturar y filtrar el 95% de las diminutas partículas de 0,3 micras en el aire, efectivas tanto para el humo como para las gotitas con patógenos.

[4] 3.796 muertes totales en el mes de agosto

[5] Adaptadas para hacer frente al fuego y puede necesitar una quema regular para desarrollarse

[6] Ecorregión arbustiva clasificada dentro del Bioma Mediterráneo

[7] Antes de la colonización por colonos, las comunidades indígenas utilizaban la quema cultural para gestionar los ecosistemas y promover plantas beneficiosas. Los métodos de quema indígena fueron prohibidos durante muchos años, sin embargo, recientemente esta práctica se vuelto a permitir, dado que los funcionarios estatales reconocen la importancia de la quema prescrita como medio de protección frente a los incendios forestales. https://www.npr.org/2020/08/24/899422710/to-manage-wildfire-california-looks-to-what-tribes-have-known-all-along