Cuando analizo panorámicamente la educación en el Perú, veo que aún hay mucho por hacer y fortalecer, empezando con el compromiso de los maestros a hacer su labor—un compromiso principalmente con el corazón. Es decir, que los maestros no se sientan que ser maestros es tan solo un puesto de trabajo, sino que lo hagan por amor a los niños. 

Los niños son pequeñas esponjas que absorben absolutamente todo. Por eso, en esos primeros años de su vida, intentar transmitirles los conocimientos con amor para mí, como maestra, es fundamental.

Han pasado muchas cosas en mi vida, pero algo que jamás olvidaré y que marcó mi vida para siempre, fue cuando llegué por primera vez como maestra de alemán a un jardín de infantes (o Kindergarten) aquí en Perú. Sólo al cruzar el umbral de la puerta, me di cuenta que era un mundo muy diferente a lo que ya conocía en otras escuelas., En este jardín, se respiraba mucha armonía, paz y amor. Pero, además, observé que utilizaban elementos pedagógicos que yo no conocía porque era un jardín de infantes siguiendo la Metodología Montessori.

El método Montessori fue desarrollado por una educadora y doctora italiana, María Montessori, en el primer parte del siglo XX. Se caracteriza por proveer un ambiente preparado: ordenado, estético, simple, y real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de los niños.

Me gratificaba ver cómo los niños disfrutaban de cada actividad que la guía de la Metodología Montessori les ofrecía. Me quedaba impactada de ver su autonomía a la edad tan temprana de 2 a 4 años.

Sentí ese mismo día que mi corazón no podía más de emoción. 

En ese mismo momento me dije - “Gianina, encontraste lo que tanto estabas buscando en la vida”- mientras sentía que mis lágrimas rodaban por mis mejillas, encontré ahí mi felicidad. 

Yo sabía que había encontrado una gran herramienta para poder guiar a los niños con dificultades de aprendizaje y, sobre todo, guiar a los niños de mi país. Guiar a los niños de Perú es mi verdadera pasión.

Siempre estaré tan agradecida a la directora del jardín de infantes, la querida Tante Janet, por permitirme ingresar a ese maravilloso mundo de Montessori. 

De aquel día han pasado casi 7 años y desde entonces, no he parado ni he querido dejar de aprender e investigar. 

En el año 2019 me enteré con mucha alegría que AMI (Asociación Montessori International) ya estaba en Perú como Montessori Asociación Perú (MAP).

Actualmente, soy asistente Montessori, certificada por la AMI, y lo digo con mucho orgullo ya que me encantaría poder continuar el legado de la Dra. Maria Montessori–un legado de amor. Mi meta es poder llegar al punto más distante y recóndito del Perú con esta maravillosa metodología.

Maria Montessori dijo, "Sembrad en los niños ideas buenas, aunque no las entiendan; los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón." 

Seguiré en esta senda de mi vida, con la visión que Dios y Maria Montessori puso en mi corazón. Seguiré sembrando y espero que mis ojos puedan ver alguna vez los frutos, todo tiene su tiempo. 

¡Amo la vida, soy feliz! 

Ver crecer me alegra el corazón.